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Formosa: la Justicia condenó a dos años de prisión de cumplimiento efectivo a los cazadores furtivos del yaguareté

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La justicia condenó a los responsables del delito, quienes habían afirmado su inocencia, mataron, despostaron y consumieron la carne de yaguareté, una especie que ostenta la declaración de Monumento Natural Nacional.

Este miércoles, cuatro cazadores furtivos del yaguareté recibieron una condena de dos años de prisión de cumplimiento efectivo por haber dado muerte a un ejemplar de yaguareté en julio de 2024, en la localidad formoseña de Estanislao del Campo.

Los imputados alcanzaron un acuerdo con el Ministerio Público Fiscal y las partes querellantes que les permitirá obtener permisos especiales para trabajar.

Inmediatamente después de que se diera a conocer el fallo del Juzgado Federal Nº1 de Formosa, bajo la dirección del juez Pablo Morán, fueron detenidos para comenzar a cumplir su condena.

El proceso judicial, que se desarrolló como un juicio abreviado histórico y comenzó este martes, fue promovido por el Ministerio Público Fiscal y las querellas de la Fiscalía, la Administración de Parques Nacionales y la Fundación Red Yaguareté.

Los sentenciados, quienes reconocieron haber cometido el delito, son Viterman Ponce de León, de 37 años; Walter Hugo Ponce de León, de 44 años; Claudio Hugo Cisneros, de 29 años; y Máximo Cisneros, de 60 años.

El suceso por el cual fueron juzgados tuvo lugar entre junio y julio del año anterior y generó una amplia condena social.

El repudio no solo se debió por los cazadores furtivos del yaguareté, sino también al hecho de que consumieron su carne, vendieron su piel y publicaron las imágenes del acto en sus redes sociales.

Antes del juicio, en una entrevista con la prensa, Claudio Cisneros, uno de los implicados, había comentado sobre el incidente: «Nosotros no somos cazadores furtivos de yaguareté. Matamos al animal y luego lo comimos; no fue un trofeo como se ha dicho. Jamás supimos que el yaguareté estaba tan protegido. No teníamos ni idea… Pero tuvimos que tomar una decisión, era la vida del animal o la nuestra».

No obstante, el artículo 25 de la Ley de Conservación de la Fauna establece que si la caza de un animal se realiza de manera organizada, con la participación de tres o más personas, o utilizando armas, la sanción puede ascender a tres años de prisión.

El Juez destacó a la Agencia de Noticias de Formosa la importancia fundamental de «poner en conocimiento de toda la población” este caso, y subrayó «lo crucial que es para todos la conservación del medio ambiente y la no destrucción de nuestro ecosistema”.

«La existencia del yaguareté y su preservación son sinónimo de la salud de todo el ecosistema», afirmó. Y agregó: «Es necesario proteger todo el ecosistema, prevenir la depredación de las demás especies, de nuestros ríos y, en especial, la deforestación ilegal de nuestros montes”.

«Es la primera vez en más de 20 años y 75 causas que conseguimos llegar a esta instancia judicial«, resaltó Nicolás Lodeiro Ocampo, fundador y director de la Fundación Red Yaguareté, en declaraciones a una radio. Dicha organización actúa como querellante en el caso, junto a la Administración Nacional de Parques y la Fiscalía del Estado de Formosa.

Cómo ocurrió el asesinato del yaguareté en Formosa

Los acontecimientos tuvieron lugar en la zona comprendida entre las localidades de Ibarreta y Estanislao del Campo, en el oeste de la provincia de Formosa.

El incidente se desencadenó por la desaparición de una vaca lechera. Máximo Cisneros, propietario del campo donde se encontraba el bovino, solicitó la ayuda de Walter Hugo Ponce de León, Viterman Ponce de León y Claudio Cisneros, tres jornaleros que se dedicaban a tareas de deslinde y limpieza de alambrados en la región.

Los cuatro hombres encontraron a un yaguareté junto al animal muerto. De acuerdo con su relato, sus perros atacaron al felino, pero este los mató.

«Nos empezó a atacar. Mató a dos perros. Los trituró», narró Viterman, uno de los condenados. En ese momento, Claudio Cisneros le disparó. Posteriormente, lo despostaron, lo cocinaron y se tomaron fotografías con el cadáver. La piel del animal nunca fue encontrada y se cree que fue vendida.

Las imágenes llegaron a manos de Ana Magdalena Gutiérrez, representante de la Subcomisión Chaqueña para la Conservación del Yaguareté y representante titular ante el Comité General de Gestión Yaguareté del Plan Nacional de Conservación del Monumento Natural Yaguareté (PNCMNY), quien procedió a denunciar el hecho.

Aunque la defensa de los acusados sostuvo que los hombres mataron al animal por miedo y en legítima defensa, la realidad es que apenas existen registros de ataques de yaguaretés a seres humanos; estos solo ocurren cuando el animal se siente amenazado o acorralado. Los humanos no forman parte de la dieta de este felino.

«Estaban en actitud de caza, iban con armas y perros. El yaguareté no estaba buscando personas para alimentarse. Además, matarlos está prohibido por ley: si alguien decide hacerlo, enfrenta consecuencias penales y económicas», denunciaba Nicolás Lodeiro Ocampo, director de la Fundación Red Yaguareté.

El yaguareté, un animal en peligro crítico de extinción

El yaguareté, el felino de mayor tamaño de América, se encuentra en una situación crítica de peligro de extinción en Argentina, y cada muerte lo acerca más a su desaparición.

Se estima que en la región norte del país solo subsisten entre 200 y 300 ejemplares. Los cazadores furtivos del yaguareté y la destrucción y degradación de sus hábitats naturales por la acción humana, lo que resulta en escasez de presas, son las causas principales de su estado de riesgo.

En el año 2001, el yaguareté fue declarado Monumento Natural Nacional a través de la Ley Nº 25.463, lo que representa la máxima categoría de protección para una especie.

«Ninguno de los planes nacionales o regionales para la conservación del yaguareté contempla la convivencia del animal con las personas en zonas rurales, especialmente con la ganadería. La causa principal de su extinción es precisamente esta: el yaguareté se alimenta de animales domésticos y el propietario los mata«, añadió Lodeiro Ocampo.

«La Ley Nacional de Fauna tiene 45 años, está desactualizada. Para esa ley, una liebre y un yaguareté son lo mismo. Estamos trabajando para modificarla y cambiar las penas para las especies declaradas Monumento Natural Nacional, es decir, las de mayor nivel de protección, para que tengan penas de prisión efectiva«, concluyó.

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