La compleja investigación sobre el brutal triple crimen de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez, ocurrido en Florencio Varela, alcanzó un punto de inflexión con la detención en Perú de Tony Jansen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, sindicado como el presunto autor intelectual del macabro suceso. La captura del joven narco peruano, efectuada en una operación coordinada a nivel internacional, es la culminación de una intensa búsqueda que lo señalaba como el principal prófugo tras el hallazgo de los tres cuerpos en la provincia de Buenos Aires.
El impacto de la noticia se debe a la brutalidad del caso, catalogado por las autoridades como un triple femicidio narco. Según fuentes policiales peruanas, el móvil del asesinato estaría ligado al robo de aproximadamente tres kilogramos de cocaína que una de las víctimas habría sustraído a la organización. Este hecho pone de manifiesto la creciente y violenta penetración del crimen organizado y el narcotráfico en la dinámica social y delictiva del conurbano bonaerense, donde las disputas territoriales y de drogas se saldan con extrema violencia, a menudo afectando a mujeres en situaciones de vulnerabilidad.
La detención de “Pequeño J” se concretó en un operativo conjunto entre la Policía Nacional del Perú (PNP), específicamente la Dirección Antidrogas (Dirandro), y la Dirección de Investigaciones de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, con el apoyo de Interpol. Valverde Victoriano fue rastreado y ubicado en Pucusana, Lima, mientras se transportaba oculto en el asiento posterior de un camión que trasladaba pescado, con aparente destino a Trujillo, donde residen familiares.
Este arresto clave se suma a la de su supuesto ladero, Matías Ozorio, capturado horas antes. La detención de ambos prófugos eleva a nueve el número total de personas involucradas en el caso, que incluye imputaciones por secuestro, tortura y homicidio agravado. La coordinación binacional subraya la importancia de la cooperación policial en la lucha contra bandas criminales transnacionales que buscan evadir la justicia cruzando fronteras continentales.
El proceso judicial ahora se bifurca: mientras que Matías Ozorio será sometido a un trámite expedito de expulsión de Perú por su ingreso ilegal, el caso de Tony Jansen Valverde Victoriano será más complejo. Las autoridades peruanas confirmaron que permanecerá detenido bajo custodia a la espera de que Argentina formalice un pedido de extradición. Este trámite, que puede demorar varios meses, requerirá la presentación de pruebas sólidas ante la justicia del vecino país.
La captura del presunto cabecilla no solo brinda un consuelo a las familias de Brenda, Morena y Lara, sino que también envía un mensaje contundente sobre la persecución del crimen organizado más allá de las fronteras nacionales. En el ámbito de la justicia, la expectativa es alta: se espera que la llegada de “Pequeño J” a la Argentina sea fundamental para esclarecer los roles de cada uno de los detenidos y establecer la cadena de mando detrás de este estremecedor crimen que conmocionó a la opinión pública.
