La disputa interna en la órbita de Alpine escaló dramáticamente durante el Gran Premio de Estados Unidos, cuando el piloto argentino Franco Colapinto, actuando como tester o en una sesión libre, ejecutó un audaz y controvertido sobrepaso sobre el titular Pierre Gasly, provocando una explosiva reacción radial por parte del francés. El grito de “¡Eso no se hace!”, captado por las transmisiones internas, no solo evidenció la tensión en el box, sino que expuso el conflicto de jerarquías que atraviesa la escudería en la antesala de la temporada 2026.
La maniobra, considerada por la cúpula de Alpine como un gesto de “instinto de campeón” por parte de Colapinto —según análisis previos—, fue percibida por Gasly como una abierta insubordinación y una falta de respeto al código implícito entre pilotos de una misma escudería. La dureza de su mensaje por radio subraya que la línea entre el arrojo y la temeridad es muy delgada cuando se trata de la lucha por la supervivencia y el prestigio dentro de la Fórmula 1.
El Código no Escrito de la Fórmula 1
El incidente, aunque podría haber ocurrido fuera de una competencia oficial, es un termómetro del ambiente que se vive dentro del equipo, donde los pilotos jóvenes buscan desesperadamente un lugar y los establecidos luchan por mantener su estatus. En el paddock de la F1, existe un código no escrito que dicta cierta deferencia hacia los pilotos titulares, especialmente en situaciones de prueba o rodaje; el desafío abierto de Colapinto rompe con esa tradición.
Expertos en motorsport señalan que la reacción airada de Gasly es comprensible. Para el francés, la maniobra no solo fue un riesgo innecesario, sino una amenaza directa a su continuidad, al poner en evidencia que el joven argentino no está dispuesto a jugar el rol de dócil promesa. La frase lapidaria de Gasly se convierte en una evidencia de la presión psicológica que el talento emergente de Colapinto está ejerciendo sobre los pilotos confirmados de la parrilla.
Este choque de egos y ambiciones es, a su vez, una estrategia de gestión de personal para Alpine. Al permitir, o incluso tolerar, estas tensiones internas, la escudería fuerza a sus pilotos a rendir al máximo nivel, buscando el límite de la performance. No obstante, el manejo de la situación por parte del team principal será crucial para evitar que la fricción se traduzca en errores costosos en pista o en un quiebre irreparable de la disciplina.
En conclusión, la desobediencia de Colapinto y la posterior reacción de Gasly son un claro indicio de la batalla por el asiento de 2026. El incidente en el GP de Estados Unidos no es solo una anécdota deportiva, sino el punto de inflexión que confirma que el piloto argentino ya se percibe y actúa como un futuro titular de la F1, dispuesto a desafiar la jerarquía para concretar su ascenso. El box de Alpine se ha transformado en un campo de batalla de ambiciones.





