Con el Campeonato de Constructores ya resuelto a favor de McLaren, el foco de la Fórmula 1 se ha desplazado hacia la zona media de la parrilla, donde cuatro escuderías disputan una intensa batalla por el codiciado sexto puesto. Este lugar representa una diferencia estimada de unos 30 millones de dólares en premios al cierre de la temporada, un monto crucial que podría definir la capacidad de inversión y desarrollo de los equipos para el próximo año. El reciente cuarto puesto de Ollie Bearman en el Gran Premio de México reavivó la pugna entre Racing Bulls, Aston Martin, Haas y Sauber, que se encuentran separadas por apenas 12 puntos con tan solo cuatro Grandes Premios pendientes en el calendario.
La importancia de esta contienda va más allá de lo deportivo, insertándose de lleno en la economía de la categoría. De acuerdo con reportes especializados, cada posición en el Campeonato de Constructores otorga aproximadamente 10 millones de dólares adicionales en premios. Para las escuderías que operan en la mitad de la tabla, esta diferencia financiera es vital, ya que afecta directamente los recursos disponibles para operar dentro del límite presupuestario y planificar las mejoras técnicas para la siguiente temporada. La sexta posición, ocupada por Aston Martin en 2024, representó un ingreso estimado de 95 millones de dólares, haciendo de la lucha actual un imperativo económico.
Actualmente, Racing Bulls lidera este grupo con 72 puntos, pero enfrenta una presión creciente tras tres Grandes Premios consecutivos sin sumar unidades. El equipo satélite de Red Bull ha padecido problemas de fiabilidad en la unidad de potencia Honda y una notoria falta de ritmo en carrera que ha echado por tierra los buenos resultados de clasificación de Isack Hadjar. Justo detrás, Aston Martin (69 puntos), Haas (62) y Sauber (60) acechan, conscientes de que una sola carrera con doble puntuación puede alterar drásticamente el orden del reparto de premios.
La batalla se caracteriza por estrategias divergentes. Haas, que se ha transformado notablemente a lo largo del año, ha pasado de ser un rezagado a un contendiente serio. El jefe de equipo, Ayao Komatsu, atribuye el progreso a una mayor serenidad en la toma de decisiones y, fundamentalmente, a la racha de puntos de Ollie Bearman, quien se ha convertido en el piloto más consistente del grupo. En contraste, Aston Martin, que cuenta con mayores recursos, optó por una decisión estratégica de sacrificar el rendimiento de 2025 al “deliberadamente no poner muchos recursos en el coche de este año”, priorizando el desarrollo del monoplaza para el cambio reglamentario de 2026, lo que explica su irregular desempeño actual.
La actuación individual de los pilotos se ha vuelto, por lo tanto, el factor decisivo. El ascenso de Haas al octavo lugar fue impulsado por los 16 puntos que Bearman sumó en las últimas tres competencias, evidenciando que el talento y la ejecución al límite del coche son la clave para aprovechar las oportunidades. Por su parte, Sauber, aunque logró una evolución técnica significativa en su monoplaza C45, sigue sufriendo en clasificación. A pesar de contar con potencial de remontada en carrera, la debilidad a una sola vuelta limita sus posibilidades de maximizar los puntos en un grupo tan sumamente igualado.
De cara a los últimos cuatro compromisos (incluyendo las dos carreras Sprint), donde ya no se esperan grandes mejoras técnicas en los monoplazas, la consistencia operativa y la minimización de errores en boxes y estrategia serán cruciales. La lección del pasado reciente, con equipos ascendiendo dramáticamente en el ranking en las últimas pruebas, subraya la volatilidad del medio. La definición del sexto puesto no solo proveerá un vital colchón económico para la escudería ganadora en 2026, sino que también influirá en su capacidad para atraer ingenieros y talento bajo la disciplina del límite presupuestario.





