El silencio forzado limita la libertad de expresión femenina y legitima la persecución y el castigo de aquellas que transgredan la estricta interpretación de la sharía -ley islámica- que sostiene el régimen en Afganistán
Desde que retomaron el poder en Afganistán en 2021, los talibanes han implementado una serie de normativas destinadas a controlar cada aspecto de la vida cotidiana bajo la premisa de “eliminar el vicio”. La última de estas medidas, anunciada recientemente, marca un nuevo hito en las restricciones impuestas a las mujeres: la prohibición del sonido de sus voces en público. En un país donde las mujeres ya enfrentan severas limitaciones, esta nueva ley subraya el endurecimiento del control talibán sobre la expresión y la presencia femenina en la sociedad.