El gobierno de Javier Milei ha intensificado su intervención en el fútbol regional al anunciar su intención de presionar a la Conmebol para que suspenda o reubique el campeonato Sudamericano Sub-20, que se jugará en Venezuela. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, fue la primera en lanzar esta propuesta, citando los riesgos de seguridad para la selección juvenil argentina en dicho país. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, reiteró la postura, argumentando que no se puede priorizar el deporte sobre la situación política y de seguridad en Venezuela, donde, según él, se atenta contra la libertad y la democracia del pueblo.
La estrategia también ha afectado el ámbito deportivo más allá del fútbol, incluyendo el Americup 2025 de baloncesto, que también se jugará en Venezuela. Sin embargo, tanto la AFA como la Confederación Argentina de Básquetbol han confirmado que sus equipos viajarán al país caribeño, desestimando las preocupaciones del gobierno argentino. La AFA, por ejemplo, reafirmó que no se involucrará en cuestiones políticas internacionales.
El gobierno de Milei busca generar un escándalo internacional y agitar aún más la relación diplomática con el régimen de Nicolás Maduro, especialmente tras la detención en Caracas de un gendarme argentino acusado de espionaje. Además, Francos citó declaraciones de la ultraderechista venezolana María Corina Machado sobre un supuesto “secuestro” por parte del gobierno venezolano, aunque aún no se han aportado pruebas claras de estos riesgos.