En una columna reciente, el presidente Javier Milei profundizó sus diferencias con su ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo. Milei rechazó la posibilidad de devaluar y minimizó el impacto del déficit comercial, mientras que Caputo se enfrenta a un creciente problema de reservas en el Banco Central y presiona por un acuerdo con el FMI para conseguir dólares. Las tensiones aumentan debido a los enfoques divergentes: Caputo busca un acuerdo con el FMI para unificar el tipo de cambio y liberar el cepo, mientras que Milei prioriza el interés electoral y evita un salto cambiario.
Además, la relación se ve marcada por la influencia de Santiago Caputo, sobrino del ministro, quien ha avivado las diferencias internas, apoyando a otros funcionarios como Federico Sturzenegger, quien podría reemplazar a Caputo. La falta de resultados concretos en términos de financiamiento, como los prometidos 25 mil millones de dólares, también agrava la situación, mientras que el gobierno lucha por mantener la relación con el FMI y otros actores clave.