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Dos años de guerra en Sudán: una nación en ruinas mientras la ayuda escasea y la violencia se multiplica

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El conflicto armado en Sudán, que comenzó el 15 de abril de 2023 entre las Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), ha desatado una de las crisis humanitarias más graves del siglo XXI, caracterizada por una tragedia de desplazamiento masivo que ha afectado a millones de personas, muchas de las cuales enfrentan condiciones extremas tanto dentro de Sudán como en los países vecinos.

Desplazamiento masivo y crisis humanitaria

Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y otras organizaciones internacionales, aproximadamente 13 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, con 8,6 millones desplazados dentro de Sudán y 3,8 millones buscando refugio en países cercanos como Chad, Egipto, Etiopía, Sudán del Sur, Uganda, Libia y la República Centroafricana. Esto representa una de cada tres personas en Sudán, lo que pone en evidencia la magnitud de la crisis.

En el ámbito de los desplazamientos forzados, Sudán se ha convertido en uno de los epicentros de la crisis global, y los esfuerzos humanitarios se han visto seriamente limitados debido a la falta de recursos y el acceso restringido a las zonas afectadas. El conflicto continúa sin señales claras de una desescalada, según informes de organizaciones como Médicos Sin Fronteras (MSF) y Human Rights Watch (HRW), quienes alertan sobre la persistente violencia y los abusos generalizados por parte de ambas facciones en lucha.

Impacto sanitario y desabastecimiento

La guerra en Sudán ha provocado no solo un éxodo masivo, sino también una catástrofe sanitaria. Según MSF, la población se enfrenta a brotes de sarampión, cólera y difteria, exacerbados por el colapso de los sistemas de salud y la insuficiencia de infraestructuras sanitarias. Los ataques a hospitales y el personal médico se han vuelto comunes, lo que ha dificultado enormemente la atención a los heridos y enfermos. En este contexto, las organizaciones de ayuda, como ACNUR, se han visto obligadas a recortar servicios esenciales, como los tratamientos para enfermedades crónicas y las cirugías de alta complejidad, debido a la escasez de financiamiento. En 2024, se alcanzó a 15,6 millones de personas con asistencia básica en alimentos, salud, agua y refugio, pero la brecha entre las necesidades y los recursos disponibles sigue creciendo.

La crisis humanitaria se ve aún más intensificada por la temporada de lluvias, que agrava la propagación de enfermedades infecciosas. En este escenario, ACNUR ha advertido sobre el riesgo de hambrunas masivas y un creciente deterioro de las condiciones de vida de la población desplazada.

Abusos, violencia y condiciones de vulnerabilidad

Las denuncias por abusos generalizados en Sudán han sido constantes. Tanto el ejército sudanés como las Fuerzas de Apoyo Rápido han sido acusados de violaciones graves de derechos humanos, incluyendo ejecuciones extrajudiciales, violencia sexual sistemática, saqueos y destrucción de infraestructura civil. Estas acciones han afectado especialmente a mujeres, niños y personas vulnerables, quienes constituyen el grupo más expuesto a los abusos, la tortura y la separación familiar forzada.

La situación ha alcanzado niveles tan graves que organizaciones como HRW y MSF han subrayado la urgente necesidad de una respuesta internacional más firme y eficiente. A pesar de los esfuerzos por parte de diversas ONGs y actores humanitarios, la ayuda sigue siendo insuficiente, y las condiciones de vida en las zonas afectadas se deterioran cada vez más.

Llamado a la comunidad internacional

El 15 de abril de 2025, se celebrará en Londres una conferencia diplomática organizada por el Reino Unido, la Unión Europea, Francia y Alemania, en la que se buscará abordar la crisis de Sudán y discutir posibles soluciones para proteger a la población civil y facilitar el acceso sin restricciones a la ayuda humanitaria. Las partes en conflicto no fueron invitadas a la conferencia, pero las organizaciones de derechos humanos instan a los líderes internacionales a actuar con urgencia para evitar que la situación siga empeorando.

Paula Martínez Álvarez, Directora de Comunicaciones de la Fundación ACNUR Argentina, destacó la gravedad de la crisis: “La hambruna cada vez toma más fuerza, la violencia se acrecienta y los combates continúan. Por eso, es imprescindible contar con la colaboración y el apoyo de la sociedad para que ACNUR pueda continuar asistiendo a millones de personas afectadas por el conflicto en Sudán”.

Un conflicto poco visibilizado

A pesar de ser una de las crisis de desplazamiento más graves del mundo, la situación en Sudán ha recibido relativamente poca atención mediática. Hoy en día, 1 de cada 13 personas refugiadas en el mundo y 1 de cada 6 desplazadas internas provienen de Sudán, lo que coloca a esta crisis entre las más severas a nivel global. Sin embargo, la respuesta internacional sigue siendo insuficiente.

Las ONGs y organismos internacionales continúan haciendo un llamado a la comunidad global para que actúe de forma decisiva y priorice la protección de la población civil y el acceso humanitario sin restricciones. El tiempo es esencial para mitigar el sufrimiento de millones de personas que se encuentran atrapadas en medio de un conflicto devastador y prolongado.

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