Carmela Mancuso, una exdocente italiana de 79 años conocida como “la señora de las flores amarillas”, acompañó con devoción al papa Francisco durante su internación por neumonía en el hospital Gemelli, llevándole flores en doce ocasiones. En su última aparición pública, el Papa la reconoció y agradeció su gesto desde la ventana del hospital. Tras su fallecimiento, Carmela fue la única laica autorizada a despedirse del Pontífice en la capilla de su residencia, donde dejó su último ramo junto al féretro. Su vínculo con Francisco, lleno de gestos sencillos y afectuosos, simbolizó el lazo íntimo y espiritual entre el Papa y los fieles comunes.
La “señora de las flores amarillas” que ingresó al velatorio privado de Francisco y la historia de su relación con el Santo Padre
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