El fenómeno fue registrado durante la mañana del lunes 30 de junio, cuando los termómetros marcaron -17,2 °C en la región, según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Esta caída abrupta de temperatura desencadenó un inédito congelamiento del agua en caída libre, transformando el salto de agua en una pared de hielo visible desde distintos puntos del sendero que conduce al lugar. El paisaje adquirió un aspecto particular, con estalactitas formadas a lo largo de la roca y apenas un delgado hilo de agua moviéndose entre la estructura helada.
La Cascada de Opazo se ubica a aproximadamente 30 kilómetros de Río Pico, en un paraje rural al suroeste de la provincia de Chubut. El sector, accesible tras recorrer unos 6 kilómetros por un camino de ripio y senderos que cruzan bosques y estepa patagónica, destaca por su entorno natural y la riqueza paisajística que ofrece en toda época del año. Normalmente, durante la primavera el deshielo incrementa el caudal de la cascada, pero en esta fase invernal las condiciones cambiaron por completo a partir de las persistentes temperaturas bajo cero.