El debut de la baja temporal de las retenciones, anunciada por el ministro Caputo, dejó resultados limitados: el Banco Central apenas compró USD 36 millones, sin generar un aumento significativo en las reservas, que siguen por debajo de los 30 mil millones. La medida busca anticipar la liquidación de la cosecha, pero enfrenta resistencia de los productores, quienes deben asumir altos costos financieros al tener que liquidar los dólares rápidamente y enfrentar el riesgo de una eventual devaluación.
El gobierno intenta mejorar la recaudación fiscal a través de un adelanto de las exportaciones, pero la medida presenta incertidumbre y no parece tener un impacto inmediato en la práctica. Además, los productores que necesiten financiamiento podrían no obtener un beneficio neto, ya que los costos financieros podrían superar las ventajas de la baja de las retenciones.
El esquema fue criticado por su falta de claridad y por no haber sido consultado adecuadamente. Muchos esperan detalles adicionales sobre cómo se implementará la norma, mientras que algunos analistas sugieren que la medida es un intento desesperado ante la caída de las reservas y la presión sobre el sistema financiero.