En un giro inesperado en la búsqueda de Lian Gael Flores Soraide, el niño de 7 años desaparecido en un cortadero de ladrillos de Ballesteros Sud, Córdoba, los abogados de sus padres han solicitado el uso de imágenes satelitales y tecnología de inteligencia artificial (IA) para rastrear posibles alteraciones en el terreno. La solicitud busca avanzar en la investigación de su desaparición mediante herramientas de última generación utilizadas en casos de desapariciones forzadas y crímenes internacionales.
Los letrados, Darío Baggini y Florencia Guizo, proponen que, con el apoyo de imágenes satelitales multiespectrales y radar de apertura sintética (SAR), se puedan detectar cambios en el terreno que podrían haber sido causados por excavaciones clandestinas o enterramientos recientes. Este enfoque ha demostrado su efectividad en investigaciones previas, como en el caso de desapariciones en México, crímenes de guerra en Ucrania y Sudán, e incluso en la investigación de la desaparición de Madeleine McCann en Portugal.
En un contexto en el que la tecnología espacial y las herramientas de análisis de datos avanzados se convierten en aliados esenciales en las investigaciones criminales, los abogados del caso piden que organismos nacionales e internacionales como la Comisión Nacional de Actividades Espaciales de Argentina, la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) colaboren en la recopilación y análisis de imágenes. Además, empresas privadas como Maxar Technologies y Planet Labs, especializadas en monitoreo satelital, podrían ser cruciales para identificar movimientos de tierra en los días previos a la desaparición de Lian.
Este avance tecnológico se complementa con excavaciones en la casa de un testigo clave, Marcelino, quien aportó detalles cruciales sobre la presencia de una camioneta blanca en la zona donde Lian desapareció el 22 de febrero. La fiscalía, que está trabajando con un enfoque exhaustivo, confirma que se están agotando todas las posibilidades para dar con el paradero del niño.
El caso también sigue de cerca a T.C., conocida como “La Abuelita”, una curandera de 74 años cuya conexión con el caso no ha sido descartada. Las autoridades mantienen medidas restrictivas sobre ella mientras continúan la investigación.
En este contexto, el uso de tecnologías avanzadas para rastrear alteraciones en el suelo no solo está marcando un hito en la investigación local, sino que subraya el papel cada vez más crucial de la tecnología en la resolución de casos de desapariciones y crímenes complejos.