El Ministerio de Economía de Argentina publicará este lunes los resultados de las cuentas públicas de febrero, un dato clave en el contexto de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el plan económico del Gobierno. El mercado anticipa que el equipo económico ha comenzado a “reconfigurar” la estrategia de ajuste fiscal, reduciendo subsidios y obra pública, mientras mantiene el gasto en sectores como jubilaciones y la Asignación Universal por Hijo (AUH), que están atados a la inflación y aumentan en términos reales.
El gasto en jubilaciones y pensiones ha experimentado un aumento significativo en febrero, con un incremento interanual del 38%, lo que implica un aumento real del haber mínimo de 54,8%. Sin embargo, los refuerzos previsionales han perdido poder adquisitivo debido a la inflación, con una caída del 23,7% en el último año. Si la inflación se desacelera, el gasto en jubilaciones podría aumentar un 12,9% anual; de lo contrario, si la inflación se acelera, el aumento sería menor, con solo un 6,6% interanual.
Por otro lado, la recaudación impositiva ha caído, principalmente debido a la eliminación del Impuesto PAIS, una fuente importante de recursos en 2024. No obstante, los aportes a la seguridad social han crecido, en línea con la recuperación de la masa salarial.
El ajuste fiscal ha continuado en sectores como subsidios a la energía y al transporte, que registraron fuertes reducciones (52,4% y 50,5%, respectivamente). En cuanto a los salarios públicos, también se observó una caída real en términos anuales de entre 10,3% y 15,1%. Esta reducción ha permitido que, a pesar de un gasto mayor en prestaciones previsionales, el Gobierno siga manteniendo el superávit fiscal, aunque con menor margen que en meses anteriores debido a la menor recaudación tributaria y la eliminación de fuentes extraordinarias de financiamiento.
En términos generales, el superávit fiscal se sostiene, con un resultado primario superavitario en febrero, aunque la caída en los ingresos y la falta de fuentes extraordinarias podrían hacer que los márgenes de superávit se reduzcan aún más en los próximos meses.
El Gobierno también está utilizando el compromiso con el ajuste fiscal como carta a favor en las negociaciones con el FMI, tras el sobrecumplimiento de las metas de superávit en 2024. Sin embargo, el FMI ha expresado preocupaciones sobre el perfil del ajuste fiscal, sugiriendo que será necesario continuar con reformas fiscales y mejorar las condiciones sociales para consolidar los avances iniciales en la estabilización económica del país.
En resumen, el resultado de las cuentas públicas de febrero y la evolución de las políticas fiscales serán determinantes no solo para las negociaciones con el FMI, sino también para el futuro económico del Gobierno de Javier Milei.