Lo que antes era un desecho problemático ahora se transforma en una fuente de energía limpia. Investigadores en Japón desarrolló una tecnología innovadora para obtener hidrógeno verde a partir del estiércol de vaca, una solución que no solo reduce la contaminación ganadera, sino que también acelera la transición hacia fuentes energéticas sostenibles.
El proceso comienza con la recolección del estiércol, que se introduce en biodigestores, donde bacterias descomponen la materia orgánica en ausencia de oxígeno. Como resultado, se genera biogás, compuesto en su mayoría por metano. Este gas se somete a un proceso de reformado con vapor de agua a altas temperaturas, obteniendo así hidrógeno y CO₂. Para que el procedimiento sea sostenible, el CO₂ se captura y almacena, evitando su emisión a la atmósfera. Además, los residuos sólidos remanentes se reutilizan como fertilizante natural, cerrando un ciclo de economía circular en el que cada subproducto encuentra una aplicación útil.
El impacto ambiental de esta tecnología es significativo. La ganadería es responsable de grandes emisiones de metano, un gas con un efecto invernadero hasta 25 veces más potente que el CO₂. Transformar el metano en hidrógeno no solo evita su liberación al ambiente, sino que también proporciona un combustible limpio, cuyo uso en vehículos e industrias no genera emisiones contaminantes.
Este tipo de hidrógeno es ideal para sustituir combustibles fósiles en sectores como el transporte y la industria pesada, donde la electrificación es un desafío. De esta manera, la innovación japonesa se posiciona como una pieza clave en la lucha contra el cambio climático.