China anunció que elevará del 34% al 84% los aranceles a los productos estadounidenses desde el 10 de abril, en respuesta a la decisión de Donald Trump de aumentar los gravámenes a los bienes chinos hasta un 125%, lo que lleva el total de aranceles al 104% para las exportaciones del país asiático.
El Ministerio de Finanzas chino justificó la medida como respuesta a los “repetidos errores” de EE.UU. y acusó a Washington de violar las normas del comercio internacional.
Además, el Ministerio de Comercio de China incluyó a 12 nuevas empresas estadounidenses en su lista de control de exportaciones, relacionadas con sectores como drones, aeronáutica, maquinaria y radares. También sumó a otras 6 firmas a su lista de “entidades no confiables”, apuntando a proveedores del sector militar.
Estas sanciones buscan frenar el comercio de productos de “doble uso”, es decir, con aplicación tanto civil como militar.
Mientras Trump afirma que China “quiere desesperadamente un acuerdo” pero no sabe cómo avanzar, Beijing respondió que “luchará hasta el final” si EE.UU. continúa endureciendo sus medidas. El gobierno chino asegura tener la voluntad y los recursos para sostener esta disputa comercial.