Argentina alcanzó un nuevo acuerdo con el FMI por USD 20.000 millones, en el que se compromete a avanzar hacia un tipo de cambio más flexible, aunque seguirá intervenido por el Banco Central para evitar una devaluación abrupta. Este esquema busca generar confianza y conseguir un desembolso inicial mayor, estimado entre USD 12.000 y 15.000 millones.
El Gobierno de Javier Milei apunta a unificar el tipo de cambio después de las elecciones de octubre, eliminando gradualmente el cepo y herramientas como el dólar blend, que permitió a exportadores liquidar parte de sus ventas al tipo de cambio financiero. Esta medida, aunque útil para contener la brecha cambiaria, significó una pérdida de ingresos para el BCRA de unos USD 15.000 millones.
El FMI reconoció los avances iniciales del Gobierno en materia fiscal y monetaria, destacando una baja en la inflación y señales de recuperación económica. La directora del FMI, Kristalina Georgieva, consideró razonable la solicitud de un giro inicial más alto, y el respaldo político de EE.UU. también se hizo sentir con el apoyo de la congresista María Elvira Salazar.
Mientras tanto, las reservas netas del BCRA siguen en niveles negativos (alrededor de USD -12.000 millones), por lo que el Gobierno buscará reforzarlas mediante nuevos desembolsos, préstamos internacionales y acuerdos bilaterales. El objetivo principal: asegurar la estabilidad económica antes de las elecciones y allanar el camino para una futura liberalización del mercado cambiario.