Tras la muerte del Papa Francisco, crece en África la esperanza de que uno de sus cardenales sea elegido como el próximo pontífice, lo que marcaría la llegada del primer papa negro de la historia moderna. Aunque África es el continente donde el catolicismo crece más rápidamente, los expertos ven poco probable esta elección, ya que los candidatos africanos han recibido menos visibilidad que los europeos o latinoamericanos. Entre los nombres mencionados figuran Peter Turkson (Ghana), Fridolin Ambongo (Rep. Democrática del Congo) e Ignace Bessi Dogbo (Costa de Marfil).
Un papa africano representaría un fuerte símbolo de reconocimiento al papel creciente de África en la Iglesia y podría continuar el enfoque de Francisco en temas sociales y del mundo en desarrollo. Sin embargo, muchos líderes religiosos africanos sostienen visiones más conservadoras, especialmente en cuestiones como la homosexualidad, lo que podría influir en la decisión del cónclave.
A pesar de las diferencias, la mayoría de los fieles africanos priorizan que el nuevo papa sea un líder espiritual fuerte y guiado por el Espíritu Santo, más allá de su raza o nacionalidad.