José Mujica, el ex presidente de Uruguay, se mantuvo firme en su deseo de reunirse por tercera vez con el Papa Francisco, a pesar de los problemas de salud que enfrentaba debido a un cáncer de esófago. A lo largo de su vida, el ex mandatario, conocido por su humildad y su firme postura política, había mantenido una relación respetuosa con el líder de la Iglesia Católica, incluso siendo agnóstico. Las dos anteriores ocasiones en las que había sido recibido por el Papa fueron en 2013, durante su mandato, y en 2015, al concluir su presidencia.
En junio de 2024, Mujica expresó su intención de realizar un tercer encuentro en el Vaticano, destacando lo importante que sería para él y para el mundo tener un diálogo con el Papa sobre temas globales, especialmente sobre la situación de los jóvenes. Sin embargo, su salud seguía siendo un obstáculo, y él mismo indicó que todo dependía de lo que los médicos le permitieran hacer.
El intento de gestión de su visita
El deseo de Mujica de concretar este encuentro fue apoyado por su asesor en temas internacionales, Álvaro Padrón, quien se encargó de gestionar las posibilidades del viaje. Padrón escribió una carta al Vaticano, y lo que siguió fue un sorprendente giro: en menos de 20 minutos, el Papa Francisco llamó personalmente a la chacra de Mujica, en Montevideo, para expresarle su deseo de recibirlo y decirle que no se preocupase, que todo iba a estar bien y que debía viajar para pasar unos días conversando sobre los problemas del mundo.
Un mensaje para los jóvenes
El propósito de la reunión era enviar un mensaje a los jóvenes del mundo, ya que tanto el Papa como Mujica compartían preocupaciones sobre el futuro de las nuevas generaciones. La idea era generar un diálogo que pudiera tener un impacto global, particularmente en temas de solidaridad y justicia social, dos de los pilares que marcaron la trayectoria del ex presidente uruguayo. A pesar de las complicaciones, ambos líderes mantenían la esperanza de concretar el encuentro.
Sin embargo, la salud de ambos se deterioró rápidamente. Mujica, quien ya había confirmado que el cáncer había hecho metástasis, vio cómo las posibilidades de realizar su viaje al Vaticano se desvanecían. A la vez, el Papa Francisco enfrentaba serios problemas de salud y estuvo internado a principios de año, falleciendo el 21 de abril de 2024, solo semanas antes de la muerte de Mujica.
El adiós de Mujica al Papa
Tras la muerte del Papa Francisco, Mujica expresó su tristeza y admiración por el líder de la Iglesia Católica. En una entrevista en Canal 10, recordó cómo el Papa vivía “en sintonía con el viejo mensaje cristiano”, y expresó que sentía que Francisco necesitaba más tiempo para continuar su lucha por los más necesitados. Además, destacó que, aunque no pudieron concretar su encuentro, la posibilidad de generar un mensaje conjunto para los jóvenes fue un proyecto compartido que lamentablemente quedó pendiente.
Mujica, con sus 89 años, dejó atrás un legado de lucha por la justicia social, la paz y la defensa de los más vulnerables. Su partida, poco después de la muerte del Papa Francisco, marcó el fin de una era de políticos con un fuerte compromiso ético y humanitario.
Este último deseo de Mujica, que no se pudo cumplir, es un reflejo de su constante compromiso con las grandes causas de la humanidad, en este caso, la esperanza en un mensaje que pudiera llegar a las nuevas generaciones de todo el mundo.