Lo ocurrido:
Cuatro alpinistas británicos lograron subir y bajar el Monte Everest en menos de una semana, mucho más rápido que el tiempo habitual, que suele ser de varias semanas para aclimatarse a la altura.
El secreto:
Usaron gas xenón para acelerar la aclimatación al oxígeno escaso en grandes altitudes. Este gas, conocido por activar moléculas que simulan la adaptación al bajo oxígeno, les permitió evitar la larga fase de adaptación en la montaña.
Reacción y controversia:
- El gobierno de Nepal investiga el uso del gas y considera que va “en contra de la ética del alpinismo”.
- La Federación Internacional de Escalada y Alpinismo y expertos médicos advierten que no hay suficiente evidencia científica que respalde su eficacia y que el uso inadecuado puede ser peligroso.
- El xenón está prohibido en deportes de competición por la Agencia Mundial Antidopaje, aunque no aplica formalmente al alpinismo.
Perspectivas del organizador:
Lukas Furtenbach, organizador de la expedición, defiende el uso del gas y planea ofrecer ascensos rápidos comerciales a partir de 2026, argumentando que reduce riesgos al acortar la exposición en altura y que responde a la falta de tiempo de muchas personas para escaladas tradicionales.
Debate filosófico:
El debate central es si se debe facilitar la ascensión al Everest con ayudas tecnológicas que pueden hacerla más accesible, o si eso desvirtúa la esencia y el sacrificio que implica esta hazaña.