Ahmad Vahidi fue designado provisoriamente como jefe de la Guardia Revolucionaria de Irán tras la muerte de Hossein Salami, abatido durante ataques israelíes contra el régimen persa.
Su nombramiento, reflejado por el gobierno argentino, se da en un momento de alta tensión regional y genera repercusiones internacionales por su historial y la gravedad de las acusaciones que enfrenta, entre ellas, su participación en el atentado a la AMIA en Buenos Aires.
Vahidi, de 66 años, nació en la histórica ciudad de Shiraz, situada al suroeste de Irán y a unos 900 kilómetros de Teherán. Su vínculo con la Guardia Revolucionaria comenzó con el surgimiento de la Revolución Islámica en 1979, cuando se integró a esa estructura militar, una suerte de ejército paralelo que responde únicamente al líder supremo de Irán.