La crisis politica en Madrid que desató la filtración de audios que desnudan la corrupción en el corazón del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) dejaron de nuevo en jaque a Pedro Sánchez pero, fiel a su historia de largas batallas, el presidente español resiste en el palacio de la moncloa. El líder socialista persiste por la tibia reacción de sus socios a los hechos de corrupción que involucraron al diputado Santos Cerdán, secretario de organización del partido, y, sobre todo, porque la oposición no logra por ahora reunir los votos necesarios para removerlo de la presidencia.
Tras pedir perdón a la ciudadanía por haber confiado en Cerdán, Sánchez aseguró que no adelantará las elecciones, que —afirmó— se celebrarán en 2027, tal como está previsto. ¿Cuál es el futuro del gobierno español? Ni oficialistas ni opositores se atreven a responder una pregunta de tal calibre al inicio de una semana clave para la política del país, que estará atenta no solo a lo que ocurra en La Moncloa y en el Congreso de los Diputados, sino también en los medios de comunicación, donde se publicaron las filtraciones que comprometieron al Ejecutivo.
“Aguantar en Moncloa ya no depende al 100% de Sánchez ni del PSOE”, afirma Paloma Piqueiras, profesora de Comunicación en la Universidad Complutense de Madrid. La catedrática enumeró varios factores clave: “Primero, que no aparezcan más escándalos. El gobierno ya no soporta una nueva rana de este caso. Segundo: Sánchez necesita que sus socios continúen apoyándolo, algo que por ahora parece probable. Y lo último: que el apoyo de sus socios no le salga excesivamente caro, porque también pueden fagocitarlo”.
Sánchez logró su reelección gracias a una amplia alianza que incluye a Sumar —una fuerza de izquierda surgida de la escisión de Podemos—, a los nacionalistas vascos (tanto conservadores como progresistas) y a partidos independentistas catalanes. “Es una mayoría muy frágil, porque los partidos políticos tienen agendas distintas. La posición de Sánchez ahora es extremadamente débil. Una persona normal convocaría a elecciones sin duda alguna, como lo hizo en su día (el expresidente) Felipe González”, sostiene Alfredo Rodríguez Gómez, doctor en Comunicación.
El académico argumenta que, ante esa debilidad, los socios suelen exigir mayores concesiones. Sánchez enfrentó una de sus crisis políticas más severas cuando el partido catalán Junts condicionó su apoyo a la aprobación de una ley de amnistía para los dirigentes independentistas condenados por el procés de 2017, a cambio de los votos necesarios para alcanzar la mayoría en el Congreso. “Ahora que Sánchez está débil, ¿el apoyo subirá de precio? El gobierno deberá valorar si le conviene continuar o no en estas nuevas condiciones”, reflexionó Piqueiras.
Los socios de Sánchez exigieron explicaciones públicas tras la aparición de Cerdán en las conversaciones reveladas por la Guardia Civil, en las que el diputado habla sobre el pago de sobornos junto a otros implicados en la causa de corrupción conocida como “caso Ábalos”. Sin embargo, tras la conferencia del presidente, ninguno de los aliados retiró públicamente su apoyo al líder socialista. “Sus socios no parecen tener mucha prisa en averiguar responsabilidad”, apuntó el profesor Rodríguez Gómez.
Las conversaciones que involucran a Cerdán son explícitas: hablan de “gestionar” 620.000 euros en sobornos. La Guardia Civil concluyó en su informe, que ya entregó a la justicia, que el número tres del PSOE “gestionó contraprestaciones económicas” para exfuncionarios que habrían sido pagadas por la empresa Acciona al exministro de Transportes José Luis Ábalos y su asesor, Koldo García. “Si bien, a criterio de Koldo, aún quedarían 450.000 euros pendientes de abono”, dice el documento que publicaron los principales diarios españoles.
Rodríguez Gómez le puso palabras a las especulaciones de periodistas y políticos españoles por estas horas, que se preguntan si habrá nuevos capítulos del caso Ábalos que puedan involucrar aún más a Sánchez. “Aún queda mucho por destapar y no podemos descartar que aparezca su nombre en alguna grabación”, afirmó. El caso de corrupción ya desató la renuncia de los últimos dos secretarios de organización del PSOE (Ábalos y Cerdán), ambos dirigentes de máxima confianza del presidente puertas adentro del partido.