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Zelenskyy condena el ataque ruso a gran escala y denuncia una estrategia deliberada para aterrorizar a la población

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Zelenskyy condena el ataque ruso a gran escala y denuncia una estrategia deliberada para aterrorizar a la población

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenskyy, ha condenado enérgicamente el ataque masivo lanzado por Rusia, que incluyó el uso de 40 misiles y 580 drones. Este bombardeo, que afectó a infraestructuras críticas y zonas residenciales, ha sido calificado por el mandatario como una “estrategia deliberada” para aterrorizar a la población civil. El ataque, uno de los más intensos desde el inicio de la guerra, marca una escalada en la ofensiva de Moscú y pone de manifiesto una preocupante evolución en las tácticas militares, que ahora parecen enfocarse en sembrar el pánico entre los ucranianos.

Este tipo de ataque, con un volumen tan grande de proyectiles aéreos, presenta un desafío monumental para los sistemas de defensa de Ucrania, a pesar de la ayuda militar recibida de Occidente. El uso simultáneo de misiles y drones busca saturar las defensas antiaéreas, permitiendo que una mayor cantidad de proyectiles alcancen sus objetivos. Según expertos militares, la estrategia es costosa para Rusia, pero su objetivo principal es el psicológico: minar la moral de la población y demostrar que ninguna ciudad, por muy resguardada que esté, es completamente segura.

El gobierno ucraniano ha redoblado sus llamados a la comunidad internacional para que se acelere la entrega de sistemas de defensa antiaérea más avanzados. “Necesitamos más escudos en nuestro cielo. Cada misil derribado es una vida salvada”, ha declarado un vocero del Ministerio de Defensa. La reciente ola de ataques busca, en parte, agotar los arsenales de misiles interceptores de Ucrania, dejando a sus ciudades más vulnerables en el futuro.

La respuesta de la comunidad internacional ha sido de condena unánime. El G7, la Unión Europea y la OTAN han emitido comunicados de repudio, calificando el ataque como una violación flagrante del derecho internacional. Sin embargo, la condena verbal no parece ser suficiente para disuadir a Moscú de sus ataques. La guerra, que se creía estancada en el frente terrestre, ha encontrado en el aire un nuevo y brutal campo de batalla que afecta directamente a los civiles.

Las implicaciones humanitarias de este tipo de ataques son graves. Las infraestructuras de energía y servicios públicos son objetivos recurrentes, lo que deja a millones de personas sin luz, agua o calefacción, especialmente en los meses de invierno. Las evacuaciones de emergencia se han vuelto una rutina en las ciudades más afectadas, y el trauma psicológico de vivir bajo la amenaza constante de los bombardeos es una realidad que enfrenta toda la población ucraniana.

En un contexto en el que la atención mediática se ha desplazado hacia otros conflictos, el reciente ataque masivo es un crudo recordatorio de que la guerra en Ucrania está lejos de terminar. La estrategia de terrorismo de Estado denunciada por Zelenskyy plantea un nuevo desafío no solo para Kiev, sino también para la comunidad internacional, que deberá decidir si las condenas verbales son suficientes o si se necesita una acción más contundente para proteger a la población civil de una escalada militar sin precedentes.

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