La jornada cambiaria de este lunes finalizó con el dólar oficial cotizando a $1.400, en un día marcado por una intensa presión alcista que forzó la participación indirecta del sector público. El movimiento se produjo a pesar de la promesa oficial de no intervención del Banco Central, lo que pone de relieve la vulnerabilidad del actual esquema de bandas de flotación.
Si bien el BCRA se mantuvo al margen del mercado de contado—operando dentro de las bandas de flotación cuyo techo es de $1.480,72—los operadores bursátiles señalaron que el Tesoro Nacional estuvo presente con ventas significativas de contado para morigerar la suba. El dólar mayorista llegó a tocar máximos en $1.450, antes de ser contenido en $1.380 gracias a las posturas vendedoras atribuidas al Gobierno.
La tensión del día tuvo un correlato directo en las reservas internacionales brutas, que registraron una fuerte contracción de USD 748 millones, cerrando en USD 40.374 millones. Fuentes del Central explicaron que esta baja se debió, en gran parte, a movimientos técnicos habituales de los bancos para cumplir con la normativa de posición global neta de divisas, sumado a pagos por más de USD 120 millones a organismos multilaterales como la CAF, el BIRF y el Club de París.
La necesidad de contener la divisa se intensificó por la creciente brecha con los dólares bursátiles (MEP y CCL), que superaron los $1.500, generando una diferencia del 9% con el oficial. Esta distorsión forzó al BCRA a reponer la normativa de “restricción cruzada,” que prohíbe liquidar los dólares adquiridos en el mercado interbancario a través de títulos valores durante 90 días, una herramienta utilizada para neutralizar el arbitraje financiero.
Según Martin Mazza, director de MM Investments, el mercado ya está “descontando en retirada” el esquema de bandas cambiarias, proyectando un tipo de cambio en la zona de $1.600 a $1.700 para inicios de 2026. El experto advirtió que la política de baja de tasas de interés no ayuda a sostener el tipo de cambio, ya que reduce el costo de oportunidad de dolarizar carteras, aumentando la volatilidad de corto plazo.
El escenario económico está atravesado por el riesgo político, con elecciones legislativas a solo 17 ruedas operativas. El presidente Javier Milei atribuyó la volatilidad a este “ruido político” pre-electoral. No obstante, el mandatario busca enviar una señal de confianza al asegurar, con el aval del Tesoro estadounidense, que el financiamiento para 2026 está cerrado y se trabaja activamente en el de 2027, intentando anclar las expectativas de largo plazo.





