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TEMU Y LA BATALLA LOGÍSTICA: EL DESAFÍO DE LA ENTREGA DE PEDIDOS DESDE CHINA A ARGENTINA

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El auge de plataformas de e-commerce chinas de bajo costo como Temu ha planteado un nuevo desafío para la infraestructura logística y aduanera de Argentina. La principal incógnita para los consumidores locales se centra en el tiempo de espera: ¿cuánto tarda realmente en llegar un pedido desde China? La respuesta es compleja y depende de una intrincada combinación de factores logísticos, regulaciones aduaneras y la saturación del sistema de Correo Argentino.

En condiciones óptimas, y utilizando los servicios de envío estándar que ofrecen estas plataformas (generalmente subsidiados o muy económicos), el tiempo de tránsito desde el almacén en China hasta la llegada al territorio argentino suele oscilar entre los 15 y 30 días. Este período cubre el empaquetado, la consolidación de envíos y el transporte marítimo o aéreo internacional. Sin embargo, la verdadera demora se produce en la última milla.

Una vez que el paquete ingresa a Argentina, la mercadería queda sujeta al régimen de envíos internacionales (puerta a puerta) y al control aduanero. Es en esta fase donde se generan los principales cuellos de botella. La Dirección General de Aduanas (DGA) debe procesar el volumen masivo de paquetes, lo cual, sumado a la fiscalización de los productos y la gestión del cobro de tasas e impuestos, puede sumar demoras adicionales de una a tres semanas.

Expertos en comercio exterior y logística señalan que la clave para optimizar los tiempos de entrega radica en la eficiencia del Correo Argentino y la agilidad de los trámites aduaneros. Los compradores deben estar atentos a la notificación de la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos) para realizar la declaración de contenido y el pago del VEP (Volante Electrónico de Pago), un requisito que, si no se cumple a tiempo, paraliza la entrega y añade días o incluso semanas al proceso.

El impacto de plataformas como Temu es doble: por un lado, democratiza el acceso a una inmensa variedad de productos a precios muy competitivos, afectando directamente al comercio minorista local. Por otro lado, pone a prueba la capacidad del sistema logístico y fiscal argentino para absorber un flujo de microimportaciones sin precedentes, exponiendo las falencias en la digitalización y la automatización de los procesos de liberación de mercadería.

En proyección, la clave para reducir los tiempos de entrega no vendrá de la rapidez del envío transoceánico, sino de una modernización urgente de la Aduana y del Correo Argentino. La implementación de sistemas de gestión de riesgo más sofisticados que permitan la liberación automática de pequeños paquetes de bajo valor y el fortalecimiento de la infraestructura de distribución doméstica son pasos cruciales para que la experiencia de compra en el e-commerce global pueda competir efectivamente con los estándares de velocidad prometidos por las plataformas.

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