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El FMI abre la puerta a la autonomía: Kristalina Georgieva afirma que el actual podría ser “el último programa de Argentina con el Fondo”

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La Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, encendió una luz de optimismo al declarar que el programa en curso podría ser “el último programa de la Argentina con el FMI”, en un claro mensaje sobre el potencial de la economía nacional para alcanzar una autonomía financiera sostenida. Las palabras de la titular del organismo multilateral, pronunciadas desde Washington, coinciden con la intensificación de las gestiones para coordinar un nuevo paquete de apoyo financiero internacional destinado a fortalecer las reservas argentinas.

Georgieva confirmó la existencia de diálogos avanzados que involucran a Estados Unidos, el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con el objetivo de delinear una asistencia multilateral de emergencia. Entre las opciones en análisis, Georgieva mencionó la posibilidad de que EE. UU. transfiera a la Argentina sus Derechos Especiales de Giro (DEG), una modalidad de activos de reserva ya empleada con otros países en situaciones de liquidez crítica, anticipando que las decisiones sobre la ayuda “llegarán en breve”.

El desafío central, según la máxima autoridad del Fondo, radica en la acumulación de reservas internacionales. Este punto es crucial en un contexto donde el Gobierno se ve obligado a utilizar divisas para contener la presión sobre los tipos de cambio y mantener la estabilidad dentro de la banda cambiaria establecida. La sostenibilidad del país se logrará, según Georgieva, “con una sólida posición de reservas” que le permita afrontar las obligaciones de deuda y las presiones internas, independizándose de la asistencia recurrente del organismo.

La funcionaria internacional enfatizó que Argentina posee “todos los ingredientes para prosperar”, y que el factor ausente históricamente ha residido en el ámbito político. Respecto al ajuste en curso, Georgieva destacó el caso argentino como un ejemplo de disciplina fiscal, aunque advirtió que el éxito final del programa estará estrechamente ligado al respaldo social. La credibilidad de los líderes y la capacidad de comunicar a la población la necesidad y la importancia de las reformas son vistas como elementos tan vitales como el rigor fiscal.

La visión de Georgieva plantea un cambio de paradigma: el FMI busca pasar de ser un proveedor crónico de rescates a un socio que facilite la salida definitiva de la dependencia. Sin embargo, este “sueño” de autonomía requiere que la clase política argentina asegure la continuidad y la profundidad de las reformas estructurales necesarias, más allá de los cambios de gobierno o la coyuntura electoral. La historia reciente demuestra la dificultad de sostener políticamente los ajustes fiscales, un reto que la directora del Fondo reconoció como uno de los principales escollos.

La coordinación internacional de un paquete de apoyo, sumada a la retórica de la “última oportunidad” por parte del FMI, establece un escenario de alta expectativa. Si bien el aporte de divisas de los organismos y Estados Unidos podría brindar un alivio de corto plazo a la coyuntura de reservas, la proyección a futuro exige que el país transforme este respiro en una estrategia coherente y de largo aliento para lograr una estabilidad macroeconómica genuina, dejando atrás el ciclo histórico de dependencia del crédito multilateral.

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