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El Tesoro inyectó USD 330 millones al mercado para sostener el dólar, pero el “poder de fuego” se agota antes de las elecciones

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El Ministerio de Economía, a través de la intervención directa del Tesoro Nacional, vendió un volumen estimado de 330 millones de dólares en el mercado de contado con el objetivo de contener la presión sobre el tipo de cambio mayorista y mantener su cotización artificialmente por debajo de la banda cambiaria superior. Esta acción, que ha marcado la dinámica financiera de la última semana, implica un costo significativo para las reservas del Banco Central (BCRA) en un período crítico pre-electoral.

Las ventas masivas de la jornada elevan el total de la intervención oficial a unos 2.100 millones de dólares desde el martes de la semana anterior, marcando una estrategia agresiva de defensa del valor del peso. Como resultado directo de esta operativa, las reservas internacionales brutas del BCRA se redujeron en 136 millones de dólares, ubicándose en un nivel de 42.066 millones de dólares, a pesar de una mejora en la cotización del oro.

La presencia dominante del Tesoro como “único oferente relevante” en el segmento mayorista ha logrado mantener el tipo de cambio oficial en torno a los $1.430, a una distancia cómoda de la banda cambiaria superior, fijada actualmente en $1.484,65. Sin embargo, analistas del mercado advierten que este statu quo es insostenible a largo plazo, ya que el poder de fuego del Tesoro proviene de depósitos acotados en dólares en el BCRA.

De acuerdo con estimaciones de consultoras financieras, los depósitos del Tesoro rondarían actualmente los 700 millones de dólares. Si se mantiene el ritmo de ventas diarias, este stock se agotaría en solo “unos pocos días más”, lo que obligaría a la autoridad monetaria a reevaluar su estrategia. Los expertos de Max Capital señalaron que la finalidad de esta intervención es clara: asegurar un tipo de cambio estable y por debajo del techo antes de las elecciones de medio término que se celebrarán en doce días hábiles.

Una vez que el Tesoro agote sus fondos de intervención, la dinámica de mercado sugiere que la cotización del dólar mayorista tocaría inevitablemente la banda superior, momento en el cual el Banco Central se vería forzado a intervenir directamente con sus propias reservas para evitar una devaluación abrupta y mantener la flotación administrada. La tensión se ve agravada por un fuerte proceso de dolarización de carteras impulsado por la cautela de los inversores ante el ciclo de estrés político y económico.

El costo de sostener el dólar como un “ancla electoral” es la acelerada pérdida de las escasas reservas internacionales disponibles. Si bien la intervención actual cumple el objetivo político de estabilizar la variable clave hasta la contienda, la sustentabilidad financiera posterior al 26 de octubre quedará supeditada a la capacidad del Gobierno para generar confianza, reconstruir el stock de divisas y presentar un plan económico creíble que ataque las causas estructurales del desequilibrio cambiario.

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