El mercado de pases del fútbol argentino se agitó con la noticia de que un equipo de Primera División ha iniciado gestiones formales para intentar la contratación del arquero de Boca Juniors, Sergio “Chiquito” Romero. La propuesta, que buscaría seducir al experimentado guardameta con un rol de titular indiscutido, encontró una respuesta categórica por parte del Consejo de Fútbol del club Xeneize, que ha tomado una decisión inamovible respecto al futuro del subcampeón del mundo.
El interés por Romero proviene de un equipo que busca jerarquizar su arco de cara a la próxima temporada y lo ve como una figura capaz de aportar experiencia y liderazgo. Las negociaciones preliminares, que se manejaron con hermetismo, intentaron tantear el terreno con el entorno del jugador, considerando la actual dinámica de Boca y la necesidad de un portero de su calibre en el fútbol local. La trayectoria de Romero en la Selección Argentina y su reciente rendimiento en el equipo de La Ribera lo convierten en un objetivo de alto valor.
Sin embargo, fuentes cercanas al Consejo de Fútbol de Boca Juniors confirmaron a este medio que la postura del club es de intransferibilidad absoluta. El cuerpo directivo y técnico considera a “Chiquito” Romero una pieza fundamental e insustituible del proyecto deportivo. Su rol no se limita a la atajada, sino que su liderazgo dentro del vestuario y su ascendencia sobre los jugadores más jóvenes han sido determinantes para la cohesión del plantel. La respuesta al club interesado fue un rotundo “no está a la venta”.
La Importancia Estratégica de Romero en Boca
La determinación de Boca se fundamenta en datos duros de su rendimiento. Romero ha sido una de las figuras más consistentes del equipo desde su llegada, demostrando vigencia a pesar de las lesiones. Sus actuaciones decisivas en tandas de penales y su solvencia bajo los tres palos han sido cruciales para el desempeño del equipo en los torneos recientes. Según análisis estadísticos del club, el porcentaje de atajadas clave del arquero es uno de los más altos de la liga, justificando su innegociable permanencia.
La decisión de blindar a Romero también tiene una implicancia económica y política interna. Boca invirtió en su recuperación y lo integró a su plantilla como un referente, y su salida forzada generaría un vacío deportivo difícil de llenar en el corto plazo, además de un costo político para la dirigencia. Mantener al jugador es una señal de solidez institucional y de cumplimiento de los objetivos deportivos a largo plazo, enfocados en la disputa de la Copa Libertadores.
Con la postura de Boca Juniors ya definida, el equipo interesado deberá reorientar su búsqueda de un portero de jerarquía, mientras que Sergio Romero se consolida como el dueño indiscutido del arco Xeneize para el próximo ciclo. La contundencia de la respuesta del Consejo de Fútbol cierra, al menos por ahora, uno de los primeros affaires del mercado de pases, reafirmando la centralidad del arquero en el esquema táctico y en la planificación deportiva del club.





