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INGENIERÍA DE CLASE MUNDIAL: LA TECNOLOGÍA TURCA IMPULSA LA FASE FINAL DE SOLDADURA DEL MEGA OLEODUCTO VACA MUERTA OIL SUR

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El proyecto Vaca Muerta Oil Sur (VMOS), la infraestructura clave para el salto exportador de petróleo no convencional de Argentina, se encuentra en su fase culminante de tendido de caños, gracias en gran parte a la aplicación de tecnología de punta y la pericia de un equipo internacional de soldadores, que incluye a expertos turcos. Este oleoducto, que unirá la Cuenca Neuquina con una terminal de exportación en la costa de Río Negro, avanza a un ritmo acelerado que anticipa la finalización de la soldadura de sus 437 kilómetros para el mes de noviembre, un hito crucial para que Argentina se posicione como un jugador global en el mercado energético.

La velocidad del avance ha sido posible por la utilización de equipos de soldadura automática de “clase mundial”, una tecnología que garantiza la máxima calidad, seguridad y productividad, especialmente en un terreno de condiciones geográficas y climáticas extremas. Es en este punto donde la experiencia internacional, particularmente un grupo de 23 soldadores turcos que trabajan junto a más de un centenar de operarios argentinos, ha sido determinante. Estos profesionales se especializan en el manejo de maquinaria de alta precisión que minimiza los tiempos de unión de los ductos.

El proceso de soldadura es altamente tecnificado y se realiza en dos etapas. Inicialmente, se utiliza una planta soldadora de doble junta en campamentos base, como el de Chichinales, para unir tramos de caños de 12 metros y transformarlos en segmentos de 24 metros. Posteriormente, ya en la traza, los equipos móviles de soldadura automática unen estos tramos más largos. Esta metodología industrial y la pericia de los operarios, incluidos los provenientes de Turquía, país con vasta experiencia en infraestructura energética, han permitido que la obra alcance un avance significativo, estimado en un 37,8% del total que incluye la construcción de la playa de tanques y las monoboyas.

El proyecto VMOS es un ejemplo de la inversión privada a gran escala y fue el primer desarrollo hidrocarburífero en adherir al Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI). Está impulsado por un consorcio liderado por YPF y otras petroleras clave, con una inversión total que permitirá al país, según proyecciones del presidente de YPF, Horacio Marín, obtener ingresos por exportaciones de petróleo por hasta 15.000 millones de dólares anuales a partir de 2030. Este monto equivaldría a lo que hoy genera el sector agropecuario, marcando una diversificación histórica en la matriz exportadora.

Más allá de la importación de tecnología y conocimiento especializado, la obra también ha generado un importante impacto social y laboral. El proyecto ha creado más de 2.000 puestos de trabajo directos, y los acuerdos firmados, como el que involucra a la provincia de Río Negro, exigen a las constructoras contratar al menos un 80% de mano de obra local. Este compromiso ha permitido capacitar a trabajadores argentinos, como el caso de jóvenes que hoy manejan junto a los expertos turcos los sofisticados equipos automáticos.

La rápida culminación de la soldadura de los 437 kilómetros del oleoducto es una noticia fundamental para la economía argentina, dado que la infraestructura es el factor limitante para maximizar la producción de Vaca Muerta. Se estima que el VMOS estará plenamente operativo para fines de 2026, con una capacidad inicial de transporte de 180.000 barriles diarios, que se elevará a 550.000 barriles para 2027. La eficiencia y velocidad demostradas por la ingeniería de la obra, con sus equipos multidisciplinarios, consolidan la expectativa de que el potencial exportador energético del país está a punto de materializarse.

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