El ministro de Economía, Luis Caputo, anunció que la próxima reforma tributaria estructural incluirá una baja del Impuesto a las Ganancias para trabajadores en relación de dependencia y jubilados, como parte de la “segunda etapa” del plan económico del Gobierno. La confirmación, realizada en un evento con empresarios, busca asegurar a los mercados y a los contribuyentes que, tras los avances en el orden fiscal, el siguiente paso será la simplificación y reducción de la carga impositiva. Este anuncio es crucial, ya que el tributo ha sido históricamente un punto de fricción social y un factor de distorsión en la estructura salarial.
Caputo enfatizó que el proyecto de reforma tributaria, que está siendo trabajado por los equipos técnicos del Ministerio de Economía, tiene un alcance amplio, diseñado para “favorecer a todos”: Nación, provincias, empresarios e individuos. La clave de la iniciativa es avanzar hacia un esquema de “simplificación de impuestos, de menores impuestos, de baja de impuestos”. La eliminación de gravámenes distorsivos y la readecuación de Ganancias buscan canalizar el ahorro del Estado hacia la inversión privada, sentando las bases para el crecimiento sostenido.
La inclusión de la baja de Ganancias para los individuos, que implica una modificación del Mínimo No Imponible y las escalas, es una de las promesas más esperadas por la clase media. El ministro sostuvo que esta medida, sumada a otras desregulaciones, generará un aumento en el poder adquisitivo real de los trabajadores sin presionar sobre la inflación. Además, busca revertir el efecto nocivo de la alta carga tributaria sobre los salarios, que ha provocado que gran parte de los aumentos paritarios se trasladen al fisco en lugar de al bolsillo del empleado.
El proyecto de reforma tributaria se articula como una de las “reformas de segunda generación” que el Gobierno impulsará, junto con la reforma laboral. La estrategia oficial es vincular el éxito del ajuste fiscal (déficit cero) con la posibilidad de devolver recursos a los ciudadanos y a la actividad productiva. Según el análisis de la cartera económica, el ordenamiento de las cuentas públicas permite ahora encarar una reducción impositiva sin poner en riesgo la estabilidad macroeconómica alcanzada.
Sin embargo, el anuncio genera desafíos significativos, principalmente en relación con las provincias. El Impuesto a las Ganancias es un tributo coparticipable y su reducción o modificación tiene un impacto directo en las finanzas provinciales. Si bien Caputo aseguró que la reforma favorecerá también a los gobiernos subnacionales, el Ejecutivo deberá negociar cuidadosamente con los gobernadores para compensar la posible pérdida de recaudación y garantizar el acompañamiento legislativo necesario para aprobar una reforma de esta envergadura.
La promesa de reducción de Ganancias se enmarca en un contexto de alta volatilidad política, con elecciones legislativas cercanas en 2026. El ministro Luis Caputo subrayó la importancia de estos comicios de medio término, llegando a calificarlos de “más importantes que las presidenciales de 2027”, lo que sugiere que la aprobación de estas reformas estructurales depende en gran medida de un respaldo político ampliado. El Gobierno espera enviar estos proyectos al Congreso después de las elecciones, buscando capitalizar cualquier victoria electoral para asegurar la sanción de la ley y consolidar la agenda liberal.
El éxito de la reforma tributaria y, en particular, la rebaja de Ganancias para individuos y jubilados, será un termómetro clave para medir la capacidad del Gobierno de generar consensos y mantener su impulso reformista. La medida, aliviando la presión fiscal sobre el trabajo formal, busca impulsar el consumo y la inversión, proyectando a la Argentina, según la visión oficial, a ser “el país más libre y con mayor crecimiento dentro de los próximos 20 años”.





