El domingo electoral ha dejado un mapa político profundamente reconfigurado en Argentina, con una clara delimitación de ganadores y perdedores que trasciende la simple suma de votos. La victoria resonante del oficialismo, encabezado por el presidente Javier Milei, ha convalidado su estrategia de “violeta puro” y ha profundizado la polarización, dejando a su paso figuras fortalecidas y otras completamente desdibujadas en el escenario de poder, tal como lo analizan consultores y expertos políticos.
Entre los vencedores más destacados se encuentra, en primer lugar, el propio presidente Javier Milei, cuya figura se consolida a pesar de los turbulentos meses iniciales de gestión. La victoria de La Libertad Avanza (LLA) reivindicó la ortodoxia libertaria de no ceder en la competencia con candidatos ajenos, una estrategia ideada y ejecutada por su hermana y Secretaria General, Karina Milei, a quien los analistas también reconocen como una de las grandes triunfadoras de la jornada. Este resultado proporciona a la Casa Rosada un capital político indispensable para avanzar en la segunda etapa de sus reformas.
En el lado de los “perdedores” el consenso es casi total al señalar al Peronismo Bonaerense, que sufrió una “sorpresiva derrota” en la que históricamente fue su “casa matriz”. En menos de dos meses, esta fuerza pasó de una victoria arrolladora a una caída que ha revivido una interna latente. Si bien el peronismo nacional logró retener un número importante de bancas, el traspié en la provincia con mayor peso electoral, sumado a la incapacidad de Axel Kicillof de sostener el triunfo anterior, debilita su liderazgo y su proyección para futuras candidaturas presidenciales, según analistas como Lucas Romero y Fernanda Veggetti.
Otro sector claramente afectado es el de los terceros espacios o “terceras vías”, agrupados en buena medida en el bloque de Provincias Unidas. La polarización extrema entre libertarios y kirchneristas “centrifugó” a los gobernadores y dirigentes que intentaron competir por fuera de los dos grandes polos, quedando “desdibujados” y en un “deslucido segundo plano”. Este resultado plantea un interrogante sobre la viabilidad de construir un frente político basado únicamente en la unidad de gobiernos provinciales, poniendo a estos mandatarios en una situación de debilidad para negociar con el Ejecutivo nacional.
Por último, el análisis de los expertos resaltó a figuras que emergieron fortalecidas desde la oposición que acompañó la estrategia oficialista: Patricia Bullrich y Diego Santilli obtuvieron resultados inesperados en distritos clave, y la alianza estratégica de Milei con el expresidente Donald Trump fue señalada como un factor que brindó calma a los mercados y contuvo la incertidumbre económica. En contraste, el peronismo en general no logró construir una “expectativa de mayoría electoralmente ganadora”, ya que no ofreció una alternativa convincente de cambio y futuro, siendo superado por el “miedo a la debacle” que, según la analista Veggetti, “pesó más que todo lo demás”.
De cara al futuro, el veredicto electoral ratifica la centralidad de Milei y el rol clave de Karina Milei como estratega, mientras que los derrotados deberán reordenar sus fuerzas. Para el peronismo y los gobernadores “no alineados”, la urgencia es definir si optarán por la confrontación directa o si adoptarán un pragmatismo forzado ante un oficialismo con un mandato social y legislativo considerablemente fortalecido. La nueva dinámica del Congreso, potenciada por el éxito de la Boleta Única de Papel al reducir la incidencia de las estructuras tradicionales, anticipa un período de intensa actividad reformista y renegociaciones políticas.
