La contundente e inesperada derrota del peronismo, bajo la alianza Fuerza Patria, en las elecciones legislativas del 26 de octubre, ha provocado un “golpe muy duro” en la coalición, desatando una crisis inmediata que pone en tela de juicio la viabilidad de su proyecto político y de liderazgo de cara a las elecciones presidenciales de 2027. La derrota, que se extendió por la mayor parte del país y se cristalizó en la simbólica Provincia de Buenos Aires, ha dado inicio a un virulento “pase de facturas” interno.
El mayor impacto político se sintió en el bastión bonaerense, donde el peronismo pasó de una victoria arrolladora de 13 puntos en las elecciones provinciales a una derrota por 2 puntos. Este giro de 15 puntos en mes y medio ha quebrado el “endeble esquema político” de la provincia y ha reavivado la guerra interna entre el kicillofismo y el cristinismo.
Los Ejes de la Crisis Interna:
- El Factor Kicillof y el Desdoblamiento: El gobernador Axel Kicillof, quien se había posicionado en la cúspide del peronismo tras la elección provincial, es ahora el centro de las críticas. Dirigentes de La Cámpora y el sector duro han revivido el reproche de que “Cristina tenía razón, no había que desdoblar”, argumentando que la unificación de la boleta hubiera salvado la elección nacional. El kicillofismo, por su parte, se defiende alegando que el desdoblamiento fue lo que evitó un “peor” resultado, y cuestiona la “construcción de las listas” y los candidatos que, a su juicio, “no cautivaron a nadie”.
- La Derrota Nacional: El revés fue más allá de Buenos Aires. El peronismo perdió en las dos interpretaciones clave: el porcentaje general (por más de 10 puntos a nivel nacional) y el mapa provincial, que se “pintó de violeta” para LLA. Fuerza Patria tuvo derrotas duras en provincias clave como Salta, Jujuy, San Luis, Córdoba y Santa Fe, y solo ganó dos de las ocho provincias que elegían senadores (contando a su aliado en Santiago del Estero). Estos números opacaron los pocos triunfos en sus feudos.
- La Fragilidad del Liderazgo de 2027: El resultado pone en crisis la construcción de un proyecto nacional peronista. La derrota en el distrito más importante del país debilita la proyección de Kicillof como líder presidencial natural. Aunque el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) aún lo considera la única figura con proyección, la tarea de “fortalecer ese rol político” se volvió súmamente compleja y urgente.
La conclusión que emerge en el peronismo es que no lograron responder a la pregunta de por qué perdieron “con un gobierno que atravesó una fuerte crisis política y financiera” en los últimos meses. La victoria de Milei fue vista como un triunfo del voto “anti kirchnerista” y del “miedo” que capitalizó LLA, evidenciando que el peronismo no pudo construir una alternativa de futuro convincente.
En un contexto que un funcionario describió como “adentro todo está roto”, se prevé que la derrota multiplicará los reproches, profundizando las “grietas” en lugar de suturarlas. El peronismo se ve obligado a “barajar y dar de nuevo” en su vida interna, enfrentando la “compleja tarea de superar rápido los sinsabores de la derrota” y redefinir su mapa de poder y liderazgos.





