El oficialismo deslizó la intención de comenzar la discusión de su ambiciosa reforma laboral por la Cámara de Senadores a partir del mes de diciembre, según trascendió de una reunión informal entre legisladores vigentes y electos de La Libertad Avanza (LLA). Esta estrategia, comentada durante un encuentro liderado por la futura jefa del bloque libertario en la Cámara alta, Patricia Bullrich, sugiere un cambio en la hoja de ruta parlamentaria en busca de una tramitación más ágil de una de las normativas clave del programa de gobierno.
La propuesta de priorizar el Senado se discutió en el marco de la organización interna del bloque, donde Bullrich se reunió con senadores como Ivanna Arrascaeta, Agustín Coto y María Emilia Orozco. Este movimiento táctico sería una respuesta a la necesidad de gestionar una agenda legislativa que se perfila como “más que desafiante”, especialmente en la Cámara de Diputados, donde se espera un debate exprés del Presupuesto 2026, que es la máxima prioridad económica y temporal del Ejecutivo.
Si bien la opción de iniciar el debate por el Senado no está aún confirmada de manera oficial—ya que, según fuentes parlamentarias, “todos los días aparecen opciones distintas”—, la decisión política subyacente radica en optimizar los tiempos de un Congreso que ingresará en un período complejo. La urgencia del Gobierno por avanzar con su paquete de reformas choca con la proximidad de las fiestas de fin de año, lo que podría obligar a consumir sesiones en fechas atípicas, como el viernes 26 o el lunes 29 de diciembre.
La reforma laboral, cuyo contenido exacto se mantiene bajo reserva, se presenta como un pilar fundamental para reducir el costo de la contratación y flexibilizar el mercado de trabajo, aspectos largamente demandados por el sector empresarial argentino. Los analistas políticos observan que iniciar el debate en la Cámara alta podría buscar un acuerdo más temprano con sectores del peronismo dialoguista o bloques provinciales, buscando construir mayorías de manera escalonada antes de llevar la iniciativa al recinto más numeroso de Diputados.
A nivel institucional, esta cumbre también sirvió para coordinar equipos técnicos y establecer un mando unificado bajo el liderazgo de Bullrich. No obstante, las definiciones cruciales, como la designación de la Presidencia Provisional del Senado, se pospusieron. La relevancia de este cargo radica en su potencial influencia sobre la agenda de comisiones, elemento vital para la tramitación de leyes sensibles como la reforma laboral, y que por reglamento recién se definirá en la sesión preparatoria de la última semana de febrero.
La elección del Senado como punto de partida para la reforma laboral, más allá de la preferencia, refleja la extrema necesidad del Gobierno de mostrar avances concretos en materia de desregulación económica antes de fin de año. El impacto de una nueva normativa laboral podría ser profundo, afectando desde el régimen de indemnizaciones hasta el sistema de convenios colectivos. El éxito o fracaso de esta estrategia dependerá de la capacidad de LLA para negociar los votos necesarios en diciembre, sin que el ítem presupuestario central desvíe completamente el foco de atención del Poder Legislativo.
