El Ejército de Israel (IDF) ha anunciado la apertura temporal del cruce de Zikim en el norte de la Franja de Gaza para permitir la entrada de ayuda humanitaria esencial, un movimiento que se interpreta como un intento de aliviar la crítica situación en el enclave y responder a la presión internacional. Este paso fronterizo, que había permanecido cerrado, facilita un nuevo acceso a la región más afectada por el conflicto, aunque el volumen de asistencia que puede pasar a través de él sigue siendo un punto de fricción.
La decisión fue anunciada por el COGAT (Unidad de Coordinación de Actividades Gubernamentales en los Territorios), el organismo militar israelí encargado de los asuntos civiles con los palestinos. Según el COGAT, el cruce se ha habilitado para permitir la entrada de combustible, harina y otros bienes esenciales, vitales para el funcionamiento de los hospitales y la alimentación de la población. La medida busca complementar los envíos que ya se realizan por el cruce de Kerem Shalom y el puerto de Ashdod, aunque estos han sido considerados insuficientes para la magnitud de la crisis.
La apertura de Zikim responde a la presión de la comunidad internacional y, en particular, de Estados Unidos, que ha insistido en la necesidad de aumentar significativamente el flujo de ayuda para evitar una hambruna generalizada en el territorio palestino. La ONU y diversas organizaciones humanitarias han alertado que la población del norte de Gaza se encuentra al borde de la inanición, con una infraestructura de salud colapsada y una escasez casi total de agua potable y medicinas.
Desde el inicio del conflicto, el control estricto de los cruces fronterizos por parte de Israel ha sido un tema central de debate. El gobierno israelí justifica las restricciones argumentando la necesidad de impedir que Hamás desvíe la ayuda para fines militares. No obstante, las agencias de la ONU han criticado que este control ralentiza de manera fatal la distribución y dificulta la labor humanitaria de forma sistemática, llevando a la Franja de Gaza a un punto de no retorno en términos de crisis humanitaria.
La apertura de Zikim es, por lo tanto, una medida bienvenida, pero su impacto real está sujeto a dos grandes factores: la continuidad del paso habilitado y la capacidad de distribución dentro del territorio. Organizaciones como la Media Luna Roja han manifestado que, si bien cualquier nuevo punto de acceso es vital, es fundamental que Israel garantice un “mecanismo de distribución seguro y ágil” para que la ayuda llegue efectivamente a los civiles más necesitados en la zona norte, la más peligrosa para los convoyes.
A pesar de este gesto, la situación humanitaria en Gaza sigue siendo “catastrófica”, según la ONU. La medida israelí es un paliativo, pero no resuelve la crisis estructural de acceso a la ayuda. La atención ahora se centra en si Zikim se convertirá en un corredor humanitario permanente y eficiente, o si solo será una apertura puntual, mientras la comunidad internacional sigue exigiendo un alto el fuego sostenido que permita una entrada masiva y sin trabas de todos los bienes esenciales necesarios.





