River Plate y Racing Club protagonizaron un vibrante empate en Avellaneda, en un encuentro marcado por la intensidad, las ráfagas ofensivas y un desenlace con gol en contra que selló el reparto de puntos. El partido, de desarrollo cambiante y emotivo, sirvió como un claro reflejo de la irregularidad que atraviesan ambos equipos en el tramo final de la competencia, demostrando destellos de alta calidad junto a vulnerabilidades defensivas.
El conjunto de Núñez, dirigido por Marcelo Gallardo, logró revertir una desventaja inicial en apenas una ráfaga de minutos, evidenciando una vez más su notable capacidad de reacción. Tras un comienzo donde el equipo local impuso condiciones físicas, River ajustó las líneas en el mediocampo y, gracias a la jerarquía individual de sus atacantes, consiguió no solo la igualdad sino también pasar al frente en el marcador, poniendo en jaque el esquema defensivo de la ‘Academia’.
Racing Club, por su parte, demostró una resiliencia táctica crucial, sin bajar los brazos a pesar del impacto de la remontada rival. El conjunto local mantuvo la presión alta y aprovechó la intensidad de su juego físico para forzar el error en la última línea de River. La persistencia dio sus frutos cuando un infortunado desvío defensivo terminó en gol en contra, restableciendo la paridad y evitando lo que hubiera sido una derrota como local.
El empate dejó sensaciones mixtas en el cuerpo técnico de River. En declaraciones post partido, Marcelo Gallardo reconoció las falencias de su equipo: “Hicimos un partido incompleto. En el segundo tiempo no pudimos reaccionar ni sostenerlo”, y destacó la dificultad de este tipo de encuentros, donde la precisión y la eficacia resultan determinantes. Este diagnóstico apunta a una preocupación por la consistencia del rendimiento a lo largo de los 90 minutos.
Este resultado se inscribe en un período de turbulencia futbolística para River, que según el propio Gallardo atraviesa una “negatividad futbolística” que afecta el desarrollo natural del juego. El entrenador de River ha asumido la responsabilidad por el “flojo rendimiento del equipo”, aunque ha enfatizado su convicción de que la situación se revertirá con insistencia y trabajo, rechazando cualquier cuestionamiento sobre su autoexigencia profesional.
De cara al cierre del torneo, este punto ganado o dos perdidos, según la óptica, tiene implicancias directas en la tabla general. Para Racing, el empate representa un esfuerzo valorable ante un rival directo, mientras que River sigue lidiando con la falta de regularidad goleadora que, según datos recientes, ha visto al equipo sin convertir en casi la mitad de los duelos disputados. Ambos equipos enfrentarán las últimas jornadas con la presión de mejorar su performance para alcanzar sus objetivos clasificatorios.
