Hace 72 horas, el Gobierno había decidido eliminar varios artículos de la reforma laboral para acercarse a la CGT. Este fin de semana, presiones internas hicieron que se discutiera otra vez la inclusión de uno de ellos, la limitación de las cuotas solidarias, que es el más importante para el poder sindical porque tiene que ver con la forma en que se financian los gremios.
Las cuotas solidarias son el recurso clave para el financiamiento de los sindicatos a través de los descuentos compulsivos a todos los trabajadores de una actividad, sean o no afiliados, de una suma pactada con los empresarios dentro de los convenios colectivos de trabajo. Para el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, son “peajes sindicales” y por eso defendió la incorporación de un artículo (idéntico al del DNU 70) que condicionaba el pago de esos aportes al consentimiento explícito de los trabajadores, algo que rechaza la CGT porque complicaría el pago de ese ítem a los sindicatos.





